Almacene en un lugar visible y accesible: las mantas ignífugas deben colocarse estratégicamente en lugares muy visibles y de fácil acceso en todas sus instalaciones. Esto incluye áreas propensas a riesgos de incendio como cocinas, talleres, laboratorios y cerca de paneles eléctricos. Asegúrese de que estén montados en las paredes o almacenados en gabinetes que estén claramente marcados con carteles destacados que indiquen su presencia. Considere el diseño de su espacio para asegurarse de que las mantas estén al alcance inmediato y sin obstrucciones. Evite colocarlos detrás o debajo de objetos que puedan dificultar el acceso rápido durante una emergencia.
Evite la exposición al calor y a la luz solar directa: las mantas ignífugas deben almacenarse en áreas donde las temperaturas sean constantes y moderadas. Evite colocarlas cerca de fuentes de calor como radiadores, estufas o luz solar directa, ya que el calor excesivo puede acelerar la descomposición del material de la manta. Utilice gabinetes resistentes al fuego o recintos montados en la pared que protejan las mantas de las fuentes de calor ambiental y al mismo tiempo permitan una ventilación adecuada para evitar la acumulación de humedad.
Inspección y mantenimiento regulares: desarrolle un programa de inspección regular, generalmente trimestral o semestral, para evaluar el estado de cada manta ignífuga. Durante las inspecciones, examine cuidadosamente las mantas en busca de signos de desgaste, incluidos desgarros, bordes deshilachados, manchas o decoloración. Preste atención a la integridad de las costuras y ribetes alrededor de los bordes.
Manténgase limpio y seco: mantenga la limpieza quitando el polvo o limpiando periódicamente las mantas para eliminar la suciedad o los residuos de la superficie. Utilice soluciones de agua y jabón suave para limpiar las manchas si es necesario, siguiendo las recomendaciones para evitar dañar el revestimiento resistente al fuego. Guarde las mantas en un ambiente seco para evitar moho o corrosión de los componentes metálicos. Considere el uso de desecantes que absorban la humedad en áreas de almacenamiento propensas a la humedad.
Técnica de plegado adecuada: Después de cada uso o inspección, doble las mantas ignífugas de manera ordenada y uniforme según la técnica recomendada por el fabricante. Un plegado adecuado evita arrugas o daños en la tela de la manta y garantiza un almacenamiento compacto. Guarde las mantas dobladas en compartimentos designados o en estantes para colgar diseñados para adaptarse a su tamaño y forma. Evite comprimir demasiado las mantas, ya que esto puede comprometer su capacidad para desplegarse suavemente durante emergencias.
Manta contra incendios de emergencia y sílice de fibra de vidrio